
Efemeride: Gas Pimienta
Le puso pimienta: A 3 años del show que no terminó
El 14 mayo de 2015, Boca y River protagonizaron uno de los hechos más aberrante de la historia del fútbol argentino. El escenario era el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores.
En la ida, el millonario había conseguido un triunfo por la mínima por lo que los xeneizes debían imponerse en su cancha, ante su público para eliminar a rival de toda su vida. Todo estaba preparado para que sea un espectáculo inolvidable. Estadio lleno, con todos los condimentos habidos y por haber; goles, penales, patadas y hasta expulsiones.
​
El encuentro al término de los primeros 45 minutos transcurrió sin problemas, los dirigidos por Gallardo imponían su juego fuerte y aguerrido. En ningún momento se dejaron amedrentar por su rival quien buscaba pero sin ideas. Boca jugaba a lo boca, a pura voluntad. Llegaban al descanso igualados en cero. El conjunto de la ribiera iba rumbo a los vesturarios sabiendo que con este resultado estaban afuera de la copa.
​
Llegaba el complemento, los últimos 45' para definir este clásico copero. Salían los equipos a la cancha pero había incidentes en la manga visitante. Desconcierto entre los presentes, los jugadores de River salían al campo de juego roseados con líquido naranja en sus camisetas. Se intentaban limpiar los ojos parecían tener heridas en ellos. Al entrar en la manga habían sido atacados por un grupo de hinchas de Boca con gas pimienta. Lo introdujeron por un agujero que habían tajeado anteriormente. Un acto que quiso ser una broma terminaba siendo un hecho totalmente cobarde y malicioso.
​
Gran parte del plantel estaba afectado con problemas en la visión y en la respiración, quejándose de la barbaridad ocurrida, otra vez la violencia en el fútbol se hacía presente, esta vez se había ido demasiado lejos. Fue un episodio vergonzoso que los hinchas xeneizes entendían como folclore. El árbitro del cotejo, Darío Herrera, esperó por la recuperación de los futbolistas heridos pero al ver que esto se ponía más complicado y que la espera era por más de una hora decidió junto a uno de los veedores de la Conmebol suspender el partido. Muchos simpatizantes de Boca al ver que el segundo tiempo no comenzaba, algunos indigandos y otros desconcertados, decidieron abandonar la Bombonera.

Donofrio luego iría con su equipo a Conmebol y se aseguraría el pase a cuartos de final.
El tiempo pasaba y la espera era demasiado larga, Rodolfo D'onofrio (presidente de River) ingresó a la cancha enojadísimo por lo acontecido. Reunió a todo el plantel, y cuerpo técnico, habló con ellos y con los encargados de la Conmebol pidiéndole explicaciones e instó a que se tomaran decisiones drásticas.
Finalmente los de Núñez se retiraron del campo de juego escoltados por la policía, protegiéndolos de los proyectiles arrojados por la platea local. La noche terminó con un marco tristísimo para los amantes de este deporte. Un show que se vio opacado por la violencia sin escrúpulos de los mal llamados hinchas de un club de fútbol. Todo terminaba como un concierto cuando se producen incidentes, por culpa de "unos pocos" terminaban pagando todos o como cuando sancionaban a todos en la escuela, por culpa también de "unos pocos". Esos que no saben distinguir ni disfrutar de la pasión y la locura del deporte más lindo del mundo. Los que no ven el compás de la pelotas, los que quieren ser más protagonistas que los reales protagonistas, los que opacas el show en busca de su beneficio.
La Conmebol tomó esas medidas drásticas que se le pedían y decidió descalificar a Boca juniors del torneo. Así River pasaba a la siguiente fase del certamen. Lo demás fue historia, el millonario se consagraría campeón por tercera vez, pero este episodio de aquel 14 de mayo de 2015 quedará grabado en la memoria como la mancha más grande en el fútbol argentino y sudamericano.