
Superliga
Boca-Velez: El morbo se acabó
En un partido que se venía jugando afuera de la cancha desde hace tiempo, Boca volvió a la victoria con un contundente triunfo por 3-0 y se acercó a la punta y sueña con el tricampeonato.
El morbo estaba planteado hace tiempo. Todo el conjunto de liniers sintió la ida de su jugador estrella. Fue como cuando el frontman de la banda, el líder decide dedicarse a su carrera solista y el resto queda perdido. Eso le pasó a Velez. Había armado un equipo para pelear el campeonato y salir de la zona del descenso alrededor de Mauro Zárate y él los abandonó. Por eso no hubo ni un saludo adentro de la cancha. Nada. Algo se rompió.
Los hinchas se sintieron traicionados. Los propios compañeros del jugador se vieron desconcertados y los dirigentes indignados. Incluso se lo llegó a llamar, despectivamente, Mauro Sorete, nombre que pegó fuerte en las redes sociales. Por todo eso Guillermo decidió preservarlo y lo mandó al banco de suplentes.
El partido arrancó tenso con un Vélez que dominaba la pelota pero no lastimaba. Boca esperaba agazapado y salía de contra. Dejaba jugar, cortaba y atacaba. Pavón y su velocidad hacían la diferencia. Fue así que en un ráfaga Wanchope bajó la pelota para el delantero quien corrió definió cruzado y marcó el 1-0
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Pavón está tratando de volver al nivel que lo llevó al mundial. El gol es confianza.
Boca es un equipo que por momentos se lo ve perdido en el campo pero que tiene muchos solistas. Son varios los jugadores que con su jerarquía pueden marcar el tiempo ellos solos. Barrios lo hace para cortar. Pavón para picar. Cardona para frenar. Wanchope para aguantar. Andrada para dar solidez. El punto más flojo es la defensa pera sin embargo va encontrando su forma.
Otra ráfaga. Un penal a Tevez. Cardona lo ejecutó con toda la precisión de un jazzista que sabe cuando entrar y salir de la canción, la puso al lado del palo y 2-0 al descanso. Al final entró el colombiano Villa, una nueva apuesta del DT quien convirtió el tercero en el alargue.
Mauro Zárate no ingresó y lo vio desde el banco. El morbo se acabó. El partido terminó. Nunca sabremos que hubiese hecho ante la chance de un gol. Pero todos sabemos que el fútbol siempre da revancha.